Arte y mindfulness: la combinación del bienestar

Arte y mindfulness: la combinación del bienestar

9 de Noviembre de 2017.  Columna de opinión del Lic. Martín Reynoso, director de Posgrados UF.

Es un campo novedoso pero donde ya se han registrado resultados positivos a través de la investigación científica.

El arte es mindfulness. La posibilidad de realizar una plena conexión con lo que estamos haciendo y sintiendo a través de nuestros sentidos y de la expresión creadora de nosotros mismos es atención plena.

Como dice nuestra arteterapeuta Clara Miraldi, del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), “el arte visual, tanto en la apreciación como en la producción de un producto creativo propio, nos da la posibilidad de detenernos en la observación de nosotros mismos”.

Es, entonces, una delicada amalgama entre el modo de ser y el modo de hacer. Ese equilibrio que difícilmente conseguimos en otras actividades de nuestra vida cotidiana.

En el arte se pone en juego la creatividad, capacidad propia del ser humano, y, como dice Clara, “se involucra el pensamiento, la actividad y las emociones personales en el aquí-ahora, integrándose y modelándose unas a otras mientras la persona logra ser consciente desde el material concreto, del estado actual de sus emociones, pensamientos y conductas que manifiesta gradualmente en este particular proceso activo”.

Como dice Ohn Ruskin, “arte bello es aquel en el que la mano, la cabeza y el corazón marchan juntos”.

Cómo practicarlo

No es necesario ser un artista destacado ni tener conocimientos profundos de determinada expresión artística. En realidad, si creemos que el arte es la experiencia pura de conexión con aquello que creamos, que plasmamos de diferente manera, ¡lo que sea que hagamos está bien!

En el caso de Clara, que trabaja con artes visuales, se propone el trabajo con distintos materiales a partir de algunas consignas y, paralelamente, “se van tomando registros (sensorial, escrito, emocional, actitudinal) del sí mismo” explica.

Y continúa: “Teniendo en cuenta que vivimos inmersos en una sociedad caracterizada por diversos contextos fuertemente marcados por respuestas inmediatas, a modo zapping, que influyen en nuestros hábitos, rutinas y modo de desempeñar nuestros roles, el arte nos permite hacer foco en otro aspecto de la persona, más estable y que permanece como núcleo de nuestro ser”. Escuchándola, no puedo dejar de pensar que en el “hecho artístico” se detiene el tiempo, se tiene acceso a una dimensión atemporal, y además se cultiva el silencio, la actitud contemplativa, perfil desde el cual tenemos una visión distinta y renovadora de nosotros mismos.

Efectos reportados
“El arte es la contemplación del mundo en estado de gracia”, dice Hermann Hesse. Indudablemente ese estado implica, para nosotros desde una visión científica, una actitud mindful (de atención plena), de conexión, en fin, de bienestar.

En la actualidad, el arte-terapia basado en mindfulness (mindfulness based art therapy) es un campo novedoso pero donde ya se han registrado resultados positivos a través de la investigación científica.

Pacientes con estrés, mujeres con cáncer, han sido algunas de las poblaciones-objetivo que reportaron beneficios importantes en el bienestar, calidad de vida y la tríada ansiedad-estrés-depresión.

Es que, como dice Laury Rappaport, editora de un libro que se adentra en esta potente combinación del mindfulness y el arte, en la práctica se fortalece lo que llamamos “las dos alas del pájaro”: la vivencia de la experiencia y la observación atenta y objetiva de la misma. Eso es la atención plena, la cualidad de la consciencia a cada momento, en el presente y sin juzgar.

Extraído de: Clarín.com – Buena Vida – Ser Zen

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