El paso del tiempo no lo cura todo

El paso del tiempo no lo cura todo

9 de junio de 2017. Opinión del Lic. Pablo Kichic, Docente de Posgrados de la UF.

Casi un tercio de las personas que sufren un trauma permanece con síntomas crónicos y deben recibir tratamiento.

Sufrir un trauma genera toda clase de reacciones emocionales: pánico, miedo, culpa, tristeza, ataque de ira, vergüenza, anestesia emocional, pesadillas y recuerdos tan vívidos (imágenes, olores) que la persona revive por un instante el mismo terror que en el momento del trauma. Cuando algo nos genera dolor, angustia o miedo, nuestra reacción natural es la de alejarnos o tomar distancia. Por lo tanto, es entendible que muchas personas intenten evitar los recuerdos del trauma o lugares que le generen miedo a ser traumatizados nuevamente. A este conjunto de síntomas lo llamamos estrés postraumático.

Sabemos que el ser humano puede ser muy fuerte, algunos no se enferman, otros se recuperan solos. Pero una porción importante, casi un tercio, permanece con síntomas postraumáticos crónicos. Si en los primeros tres meses tras el evento traumático la persona no deja de tener estas reacciones emocionales, entonces las chances de superarlo solo son muy bajas y se sugiere consultar.

La ciencia nos ha enseñado por qué algunos no pueden recuperarse después de una violación, accidente de tránsito, traumas repetidos como abuso sexual infantil, secuestro, atentados, guerras y por qué desarrollan un estrés postraumático. Este grupo de personas son las que más evitan hablar o pensar acerca del trauma y desarrollan ideas extremadamente negativas acerca de sí mismas y del entorno que los rodea. Estar en guardia permanente se vuelve algo frecuente si la persona sufrió una agresión física o sexual, confiar en los demás se ha vuelto casi imposible porque cualquier puede hacerle daño en cualquier momento. Además, si la persona luchó, gritó, o pidió auxilio y no pudo evitar que la agredieran, muchas veces dichas conductas son percibidas como una señal de debilidad o incapacidad de defenderse. El mismo modo negativo de ver las cosas se impone cuando la persona siente que debería haber superado el trauma y sigue teniendo pesadillas o recuerdos que aparecen repentinamente.

Los tratamientos más eficaces para el estrés postraumático buscan favorecer la recuperación que no se dio en forma natural. La terapia cognitivo-conductual de exposición prolongada es el tratamiento que más ha sido investigado y es considerado de primera línea por los expertos. Consiste en ayudar a que el paciente revise en forma detenida los recuerdos del trauma con el objetivo de controlarlos y evitar que los recuerdos lo controlen a él. Ayudarlo a que pierda el miedo a estos recuerdos, y a diferenciar entre la situación peligrosa del trauma y otras similares de la vida cotidiana, pero que en verdad son objetivamente seguras.

También, mediante estrategias de exposición gradual, y consensuadas con el paciente, se busca que recupere áreas de su vida que quedaron afectadas por el trauma. Muchas personas que sufrieron robos o traumas de índole sexual dejan de ir a lugares que antes consideraban como razonablemente seguros, evitan lugares oscuros o estar en lugares con poca gente, o si están en ámbitos concurridos deben estar mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie los va a atacar.

Entre el 60 y el 90% de la población estará expuesta a lo largo de su vida a sufrir al menos un trauma. Hoy en día disponemos de tratamientos altamente eficaces para personas que sufrieron traumas de todo tipo, y es fundamental que la comunidad conozca sobre su existencia y acceda a ellos.

Extraído de: Clarín.com-Buena Vida-Psico

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