Volver a salir: cómo preparar nuestra cabeza para la nueva “cuarentena escalonada”

Volver a salir: cómo preparar nuestra cabeza para la nueva “cuarentena escalonada”

19 de julio de 2020 – Opinión de la Dra. Patricia Faur, Coordinadora de Posgrados UF, en la revista Marie Claire, Perfil.

El confinamiento, claro, alteró nuestra realidad por completo. En esta nota, buscamos la ayuda de expertos para pensar y repensar cómo encarar, en el ámbito emocional y afectivo, esta “flexibilización” del confinamiento.

l covid-19 provocó una cuarentena obligatoria que convirtió a las personas en pájaros enjaulados. El pan de cada día fue el de añorar la libertad, hervir de ganas, tragar el amargor de futuros inciertos y estar condenados al mismo horizonte.

Ahora bien, ¿Qué emociones se pone en juego a partir de esta “flexibilización de la cuarentena” tal cual la definieron Alberto Fernández y los gobernadores del país? ¿Habrá que marchar efectivamente hacia una recuperación de la normalidad o habrá que construir en su lugar una nueva?

Desafíos

La psicóloga Patricia Faur, Mágister en Psicoinmunoneuroendocrinología y Psiconeurofarmacología de la Universidad Favaloro y miembro del Consejo Consultivo de Psicología de UADE, cree que el primer impacto al salir a la calle será encontrarse distintos y en un mundo diferente.

A su vez, piensa que habrá dos grandes reacciones: por un lado, los más jóvenes, con una sensación de mayor inmunidad, que vayan eufóricos a hacer fiestas y juntadas, un “aquí no ha pasado nada”. Por otro, una gran mayoría que lo hará con bastante más aprensión y que quizás prefiera salir solo para lo mínimo indispensable.

“Creo que habremos aprendido formas de cuidado y de higiene y que oscilaremos entre un cuidado racional y otro a veces demasiado obsesivo”, afirma.

La psicóloga y profesora de yoga Elizabeth González Montaner explica que algún grado de ansiedad, de alarma y de chequeo habrá que tener para seguir cuidándose, porque el virus continuará circulando. “Pero debemos encontrar la medida justa de expresión de esa ansiedad para que no nos interrumpa las actividades cotidianas que a su vez generan el propósito de nuestra vida”, dice González Montaner.

Francesc Núñez Mosteo es un sociólogo y filósofo catalán, especializado en Sociología de las Emociones, que está radicado en Barcelona. Desde allí, nos dice que imagina que permanecerá en la gente el miedo, la desconfianza y la costumbre de no acercarse demasiado a los otros.

Habrá que setear la cabeza y los hábitos con nuevos paradigmas de estar en el mundo y de relacionarse. “Nos vamos a acostumbrar a tener una distancia física y, cuando se reciban visitas, se van a tomar medidas de higiene que antes no teníamos, sin que nadie se ofenda. Son nuevas normas de convivencia que todos vamos a incorporar”, afirma Faur.

Ahora, si en cuarentena se impuso el afán por mantenerse (híper) productivos  y se multiplicaron las propuestas para hacer, aprender, ver, leer y practicar desde casa, como una manera de exorcizar al fantasma del ocio; en la post-cuarentena también pareciera haber una exigencia de hacer balances, volver a la rutina y ser aún mejores que antes.

González Montaner advierte que a veces la producción exagerada va en contra de la toma de conciencia, “tenemos que ser productivos para existir, estar sanos y felices, no solo para producir utilitaria y económicamente. Ese enfoque, de hecho, es el gran cambio que estábamos necesitando”.

En la misma línea, el psicólogo Lucas Malaisi, Presidente de la Fundación Educación Emocional Argentina, vislumbra que con la actual crisis llega la posibilidad de una nueva versión del ser humano, que él denomina “homo emotus”: con una conciencia de unidad y empatía y una mayor conexión con las emociones y la intuición.

El amor post cuarentena

¿Qué sucederá con los nuevos romances? ¿Cómo intimar, por ejemplo, con alguien a que no se conoce (y que puede estar enfermo)? Patricia Faur lo compara con lo que pasó en los ´80 y los ´90 con el HIV. “En un punto aquello era más sencillo porque un preservativo era suficiente para que las personas se cuidaran”.

¿Será el fin de Tinder? ¿O tal vez el definitivo triunfo del sexo virtual? “El sexting y el sexo virtual ya están en auge, y la pandemia hizo que explotaran mucho más, así que creo que definitivamente habrá una revolución en ese sentido. Lo más probable es que seamos testigos de una mayor reticencia a tener contacto físico con un desconocido y por tanto cambiarán hábitos en la sexualidad”, opina Faur.

¿Es la vuelta al zaguán (aunque virtual) con tiempos hasta más largos para intimar? ¿Habrá que esperar, como mínimo, catorce días para dar el primer beso? La psicóloga vislumbra una puesta en valor del amor unido al sexo, donde la sexualidad esté menos disociada de lo amoroso y romántico. “Lo que se tiene que generar es un puente de confianza donde uno tenga por lo menos la ilusión de que el otro no le va a hacer daño”, afirma.

Extraído de: Marie Clarie – PERFIL

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